Es el vivo retrato de su madre. También es de figura menuda, casi frágil, pero de potente voz, tanto que eriza la piel de quien la escucha, sobre todo porque canta con un sentimiento que le sale de lo más profundo del alma.
Es Isabel Salgado Maldonado, la menor de los nueve hijos que la fallecida “Reina del Bullerengue”, Etelvina Maldonado tuvo con su eterno amor Humberto Salgado.
Isabel o “Chabe” como la llaman cariñosamente sus familiares y vecinos del barrio El Pozón, sector Nueva Cartagena, tiene 35 años, se gana la vida trabajando en casa de familia o vendiendo bolis y cubetas de hielo y heredó de su madre el talento para cantar.
“Mi mami me decía que le gustaba que yo cantara, pero también me decía que no me desesperara: ‘mija algún día vas a llegar allá’”, recuerda Isabel dos semanas después de la muerte de su progenitora.
Lo que ella admiraba de su madre era “ese eco que hacía cuando se montaba al escenario.
“Nunca pensé que ella pudiera hacer eso, sobre todo cuando cantaba la canción ‘¿Por qué me pegas?’”.
Isabel o “Chabe” como la llaman cariñosamente sus familiares y vecinos del barrio El Pozón, sector Nueva Cartagena, tiene 35 años, se gana la vida trabajando en casa de familia o vendiendo bolis y cubetas de hielo y heredó de su madre el talento para cantar.
“Mi mami me decía que le gustaba que yo cantara, pero también me decía que no me desesperara: ‘mija algún día vas a llegar allá’”, recuerda Isabel dos semanas después de la muerte de su progenitora.
Lo que ella admiraba de su madre era “ese eco que hacía cuando se montaba al escenario.
“Nunca pensé que ella pudiera hacer eso, sobre todo cuando cantaba la canción ‘¿Por qué me pegas?’”.
La más apegada
Por ser la menor de la familia, Isabel era la más apega-da a su mamá. “Mi mami salía a cantar por ron allá en las calles del barrio donde vivíamos en Arboletes (Antioquia) y yo me iba atrás con ella.
“Cada vez que se enfermaba me llamaba a mí y para donde ella me convidara yo iba”.
Pero además de compartir muchas cosas como madre e hija, Isabel y Etelvina compartían el gusto por la música.
Ella, al igual que su madre, demostró desde pequeña el gusto por el canto y por la música folclórica, aunque Etelvina empezó cantando rancheras y boleros.
“Mi madre nunca me corrigió cuando cantábamos juntas.
“Yo me acuerdo que siempre trataba de llevarle el eco y ella a veces se quedaba y yo le decía ‘viste te quedaste y eso que tú eres la profesora’”.
Ahora, luego de pocos días de asimilar la muerte de su madre y de tratar de sobrellevar el dolor por la pérdida de una mujer a la que califica como “sencilla, humilde, cariñosa, sentimental”, Isabel, piensa en seguir el legado que su progenitora le dejó y cumplir el sueño que ella tanto ha anhelado: grabar un disco y cantar en muchos escenarios, pero sobre todo seguir con la tradición de su madre.
“Mi sueño es seguir con el legado que mi mami me dejó.
“Yo le prometí a mi madre que si encontraba apoyo, yo continuaba con su música”.
Isabel recuerda que hace tres años y sólo en dos oportunidades se presentó en el escenario con su mamá, haciéndole el coro y afirma que aún no sabe que pasará con el grupo en el que Telvo era la estrella y que es dirigido por el manager Stanley Montero.
“Aún no hemos hablado con él sobre lo qué va a pasar, si me van a permitir a mi cantar en el grupo. Pero de lo que sí estamos seguros todos mis hermanos y yo, es que queremos seguir con la música de mi mami y no dejarla morir”.
“Cada vez que se enfermaba me llamaba a mí y para donde ella me convidara yo iba”.
Pero además de compartir muchas cosas como madre e hija, Isabel y Etelvina compartían el gusto por la música.
Ella, al igual que su madre, demostró desde pequeña el gusto por el canto y por la música folclórica, aunque Etelvina empezó cantando rancheras y boleros.
“Mi madre nunca me corrigió cuando cantábamos juntas.
“Yo me acuerdo que siempre trataba de llevarle el eco y ella a veces se quedaba y yo le decía ‘viste te quedaste y eso que tú eres la profesora’”.
Ahora, luego de pocos días de asimilar la muerte de su madre y de tratar de sobrellevar el dolor por la pérdida de una mujer a la que califica como “sencilla, humilde, cariñosa, sentimental”, Isabel, piensa en seguir el legado que su progenitora le dejó y cumplir el sueño que ella tanto ha anhelado: grabar un disco y cantar en muchos escenarios, pero sobre todo seguir con la tradición de su madre.
“Mi sueño es seguir con el legado que mi mami me dejó.
“Yo le prometí a mi madre que si encontraba apoyo, yo continuaba con su música”.
Isabel recuerda que hace tres años y sólo en dos oportunidades se presentó en el escenario con su mamá, haciéndole el coro y afirma que aún no sabe que pasará con el grupo en el que Telvo era la estrella y que es dirigido por el manager Stanley Montero.
“Aún no hemos hablado con él sobre lo qué va a pasar, si me van a permitir a mi cantar en el grupo. Pero de lo que sí estamos seguros todos mis hermanos y yo, es que queremos seguir con la música de mi mami y no dejarla morir”.
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